sobre las 3-3 y pico,
aquella noche calmada allí,
en aquel bareto
donde nadie ligaba con clase
y todos bebían despacio,
un fiestero cachitas
se chupó droga de un meñique
y se sentó al lado
(tras observarla
hojeando una revista)
de una niñata bien formada.
él sonrió y ella no.
él se fijó 1 ó 2 segundos
en fotos de parajes
exóticos que ella
miraba y remiraba
con grandes ojos azules,
después 1 ó 2 segundos
en sus tetitas y después
casi cinco segundos
en sus labios sin pintalabios.
años antes, yendo pasao,
tal vez le hubiera soltado
un tópico o una ordinariez,
pero allí, entonces,
sin clase le dijo:
"nunca, nena, nunca
podrá ir mínimamente
bien este mundo
mientras el uso
de la soledad y
la observación
siga mayormente
en tela de juicio...
pero a mí las tuyas
personalmente,
sinceramente,
me parecen milagrosas."
la niñata no habló y le miró
poco más de medio segundo
cuando se calló.
"¿qué coño me pasa?
menuda gran puta mierda
he dicho", pensó él.
el fiestero
se bajó del taburete,
pidió otra caña,
se la sirvieron,
bebió un poco,
se la ofreció a la niñata,
ella dijo no
con la cabeza
y él se dijo:
"joder, no hay dios
que tras decir eso folle."
cuando sintió
que le rozaba un hombro,
la bien formada
le miró a los ojos primero
y a los labios después
y él le dijo:
"eh, te diré, guapita,
te diré, te diré algo:
tanta gente junta,
tan junta, es continuidad
de vacío disimulado.
me entiendes, sí,
tú sí me entiendes;
y sí, lo sé y lo sabes:
algo hay que sacar de ello,
algo. pero pasa que
el riesgo y la locura
de nuestras calles
están, están... joder,
¿en bocas abiertas de majos?
¡bah! ni se puede ni se debe
esperar gran cosa
de una sociedad
con ojos puestos
en salir del paso,
¡oh, no, oh, no!
por eso optimismo y conformismo
son difíciles de diferenciar."
pop básico y moderno se oía.
soltando ese rollo no la miró
pero ella sí a él,
a sus labios,
y cuando se calló otra vez,
bebió birra y la miró,
viendo cómo se los miraba
muy atentamente...
pero la niñata
no articuló palabra
aunque descruzó las piernas.
el cachitas le acercó el vaso
y ella dijo de nuevo
no con la cabeza.
entonces,
cuando no supo qué más decir,
tomándola por ida o deprimida,
un greñudo tirillas se le acercó
y sosteniéndole
unos 5 segundos la mirada
le dijo lárgate
en un gesto con las manos.
el fiestero no lo hizo
pero se bebió su rubia despacio,
evitando a la niñata,
subido al taburete.
1 ó dos
minutos después,
el tirillas le dejó
junto al vaso una nota:
"nene, cambia de cerveza
porque te atonta
más de la cuenta.
es mi novia y si pasa de ti
por algo es, amanerado."
tras leerla la arrugó,
miró hacia la puerta de entrada
y pidió un cubata tras ver
haciéndose gestos con las manos
al tirillas y a la niñata.
pop básico y moderno
siguió oyéndose.
4
de julio
de 2015,
dsbrdr.
(incluido originalmente
en CIERTO VERDOR,
autoeditado en octubre de 2015)