domingo, 26 de febrero de 2017

PONGA UNA ZORRA EN SU MUERTE

jeff y cándida estaban 
de vuelta de todo y 
de vuelta 
del electrohortera 
club "subtralla"
dirigiéndose
a la chachisalsa 
sala "meneíto".
el finde 
de ambos ochenteros 
casi veinteañeros 
se iba al traste
sin haber inventado nada,
descubierto nada, 
despachurrándose
a sí mismos 
con potente desgarbo.

dida se apalancó 
como copiloto sin carné
con otro cañardo entre labios
tirando a muy rosáceos.
era rubia pelopincho de pega
por aquel volátil entonces,
garrula gandula gordita sebosa
hasta que un lecho 
de puntas la zarandease.

jeff se hartó 
de la nostalgia de su cía
y cambió el relax 
de frankie goes to hollywood
por primal scream 
y cabeceó con swastika eyes.

los negros se preparaban
pa seguir puliendo 
récords en atletismo,
en tamaño de minga, 
en registros vocales;
los soberbios buscabullas 
con bomber hecha polvo
no tenían suficiente,
las putas y los puteados tampoco.
Harvey keitel ya había 
demostrado mucha grandeza.
teléfonos móviles, 
redes sociales y 
lo que vendría 
estaban casi conformados 
pa representar la quintaesencia
del monopolio 
de todo ser controlador.

trasladaron 
sus holganzas y torrijas
desde el civic 
hasta la salita salsera.
eran él para ella y ella para él
medio rollete-medio colegueo...
tenían tantas calumnias 
por insuflar...

en alguna parte 
del paradero de los parásitos,
los viciosos jodían 
dentro de un patrol,
the jesus and mary chain
se habían quedado 
sin melancólica oscuridad,
algún tajao estaba 
potándose encima media docena 
de cubatas de dyc-pepsi y setas.

el par de bandarras 
pisó el antro
tan entusiasmados 
como un moscardón sobre un mojón.
puede, seguramente puede 
que hubiera
ochenta1000 cosas 
mejores por hacer:
sencillamente 
no se les ocurrieron.

aquello era algo así 
como una niñería
amoldada a bachata, merengue 
y esas cosas pa felicianos.
el merengue de jeff 
quería también amoldarse
a algo más 
que a sus propias pelotas.
había alrededor 
de una quincena
de ojetes de putitas 
contoneándose suavemente
mayormente marcados 
y más o menos femeninos.
la barra era corta y estaba cerca.
una sudaca cuellicorta 
asomaba tras ella.
dida pidió 
four roses-red bull, 
jeff vodka-lima.

entre trago y trago sin tregua,
jeff reconoció a vera
entre el ganado en movimiento.
era coleguita de otra gordita
que había currelao con dida y jeff
durante el verano anterior,
instalando aspersores 
en jardines y regándolos.

vera se meneaba
totalmente tapada 
con cutre cuero negro
sin dejarse la piel, 
los pelos o los pies en ello.
jeff se acercó 
pa ver la calidad del cuero
y de paso saludarla.
sí, estaba bien 
(ella, no el cuero).
dida saludó a lo simpática 
y se alejó a lo pánfila.

"vera, ¿sabías que 
ya me saqué el carné? / 
¿ah... sí, jeff? / sí, vera, 
sí. / ¿y ya tienes coche? / sí,
está fuera, ¿quieres verlo? / vale."

salieron. el civic 
seguía ahí. la luna también.
no mucho más les acompañaba ahí
salvo otros coches, tierra 
y otra noche.

"mola. / ya. es mío. / 
y rojo. pinta bien. /
ya. lo quise así. / caro, 
¿no? / ya. lo pagué yo.
ahorré 15mil pelas 
durante 9 pagas."

un nuevo silencio, 
a la par que jeff se trempaba,
dejó cualquier asombro 
e interés por el carro
a la altura del alcantarillado.

"¿quieres verlo 
por dentro? / vale."

tenía salpicadero, 
volante, cambio de marchas,
pedales y todo eso 
que suelen tener como mínimo.

"mola. / seh. ya... 
ya lo has dicho, tronca."

swastika eyes 
volvió a protagonizar la escena.
jeff tomó 
las riendas de la tensión
en el espacio cerrado; 
acabó su piti
y atacó 
a su boca con su boca
sin más preámbulos de cagarrina.
vera esquivó el ataque
sin mejor defensa 
que un no a secas.
jeff se encabronó levemente
y palpó a degüello 
la zona cubierta de su patata.

"que lo dejes, joder... tío, 
que no vas a hurgar ná."

jeff aún becerro insistió 
aún con primal de fondo
un par de veces más.
vera quedó apresada 
por el pánico a verse violada 
por un cabeza de techno
y abrió la puerta bruscamente,
largándose a todo trapo
con todo el cuero malo 
entero encima
pal local de mal gusto musical.
jeff subió el volumen 
y se la peló solo,
aún con swastika, 
ya con el remix 
de chemical brothers.

tras ello retornó 
en busca de dida.

"¡laputamadrequetejiñó... 
pero... ¿qué has hecho, 
so desgraciao?
ha entrao llorando 
y corriendo, diciendo 
que has querío abusar d' ella,
lo sabe tol mundo aquí!"

jeff le resumió la historia 
y trató de buscarla pa disculparse
sin saber bien del todo por qué,
pero topó de bruces
con ocho chonis amenazantes
bloqueando la entrada 
del baño de pavas.

"si das un maldito paso más
te patearemos 
el jodido esófago aquí mismo,
puto salido de mierda." 
dijo la choni superiora.
(no hay nada que puedas hacer
cuando una choni tira 
de ingenio y poderío)

jeff sonrió 
a modo de disculpa áspera
y retrocedió sobre sus pasos
hasta el taburete de dida
pensando en largarse 
y no volver.

la pachanga 
podía resultarle indigesta
a un cabeza de techno.



de marzo 
de 2012, 
dsbrdr. 


(incluido originalmente 
en CONTRA LOS CUERDOS, 
autoeditado en diciembre de 2012)