domingo, 26 de febrero de 2017

SILENCIO DE PILTRAFA, PALABRA DE GILIPOLLAS

Sudor en tu frente... 
arden tus huevos...
y las máquinas o maquinitas
siguen sin alarmarse,
sin alarmarte.
                  
Dispones 
de 168 h semanales 
para reseñarte...
y otras tantas al mes
para despejar 
cualquier réquiem del entorno. 
                  
Pingonea... 
desafía recursos,
señala con el dedo si hace falta...
los piltrafas ya no quieren 
saber que lo han sido.
                  
Enloquecer nunca fue minúsculo 
si sólo bebes solo 
en tus cataratas sin perspectiva...
aunque tragar por tragar 
pueda parecer un ejercicio autorizado. 

¿A quién le importa 
si los sobacos de tus héroes 
huelen a muerto?
                  
No puedes,
no debes... NO te conviene...
rascarte la cabeza si no te pica.
Pésate a diario 
si eso engorda tu sonrisa...
pero los pies 
que no se besan con la boca 
andan más quilómetros. 
                  
Si te han prohibido lo que haces 
tal vez ya perteneces al mundo, 
al recinto vallado 
donde sólo tú pones electricidad. 
                  
Pero ¡OJO!, 
los gilipollas nunca callan
cuando les protegen
(incluso si no les protegen,
pero esos ya son MUY gilipollas)
pero ahora,
antes,
después...
el silencio nunca 
te atará los cordones.


11 
de septiembre 
de 2009, 
dsbrdr. 


(incluido originalmente 
en ALQUILÉ MI VEJIGA AL INSOMNIO, 
autoeditado en enero de 2011)