mójate o cáete
desde el borde de cada desorden.
marcados permanecemos
(y eso no basta)
cultivando rangos
en próximas locuras
y declive
en la buena profundidad.
algo sacado de azotes a destiempo
acaba en celdas de apatía;
algo traído como cima paradisíaca
revela divisiones
en cualquier verdad.
15
de abril
de 2016,
dsbrdr.
(incluido originalmente
en LO NORMAL SALE SANGRANTE,
autoeditado en septiembre de 2016)