domingo, 12 de marzo de 2017

VALE, NO QUIERE ROSAS

su madre acababa
de estirar la pata,
justo al adentrarnos
en un nuevo mes
de un nuevo año
de una nueva década 
de un nuevo siglo.

se me echó encima al verme,
abrazándome tembloroso, deshecho 
entre sollozos y susurros,
descompuesto como pocas veces
me ha dejado verle.

no pude-supe
reaccionar de modo alguno,
ni sacar lágrimas ni pésames
ni la típica parafernalia
ante el resto de sufridores.

una corpulenta incomodidad
se paseaba por el ambiente,
con total soltura.

había sobao en mi piltra,
soportado mis lecturas,
chocheao casi en cada comentario;
fue parte de mí,
pero me mantuve entero, opaco,
tan apático que no me acerqué
a despedirla por última vez.

en un momento dado, él,
con la angustia a cuestas,
me arrastró entre la marabunta
a por café.
apuramos los cortados
y los silencios invadiéndonos.

me lo cascó con tono cazalla,
sereno y convencido:
cuando yo esté ahí, 
no querré flores,
¿te encargarás de que así sea?

si yo no caigo antes,
así será, papa,
así será.


27 
de noviembre 
de 2011, 
dsbrdr. 


(incluido originalmente 
en CONTRA LOS CUERDOS, 
autoeditado en diciembre de 2012)