domingo, 15 de enero de 2017

POLLESÍA

paseé, entré y pedí café 
en un ciber-paki-café. 
me senté 
en una de las pantallas 
no a la vista. 
3 o 4 pipiolos jugaban 
a pegar tiros sin parpadear 
en otras pantallas a la vista. 
un paki pronto me puso 
una taza junto al teclado 
y navegué. 
quise enterarme 
de detalles, 
de un poco 
del trasfondo 
de algo 
puerco y poético 
que iba pronto 
a estrenarse en dos partes; 
vivencias de una ninfómana 
o algo así, 
del provocador danés ese: 
lars von trier.

de él lo había visto casi todo, 
y no dar con algo 
en la red que me sedujera 
estaba enfermándome. 
los de los tiros no me veían 
y enfermándome me calenté. 
habiendo gastado 50 céntimos 
busqué guarradas y di 
con muchas 
en muchas categorías. 
el jefe paki fregaba vasos 
o algo así pero vi cerca, 
en la pared, 
una cámara. 
me palpé por fuera 
bajo la mesa el paquete 
y cliqué en varios vídeos: 
en uno una zorrubia mamaba 
entera una tranca 
que salía de un agujero 
de la pared del baño; 
en otro a una pelirroja tetona 
la enculaban 7 brutos negros 
(por turnos) 
y luego 
(por turnos también) 
se le corrían unos dentro 
y otros en la cara; 
en otro un tío 
que no se me parece 
se follaba 
a 2 fogosas húngaras macizas 
que acababan de lengua a lengua 
pasándose su semen... 
viendo ése 
vigilado por la cámara 
sin sacármela me corrí 
(a veces con tanta calentura, 
sin pajearme, sobándome podía). 
tras ése vi 
otros más extremos, 
otros graciosos, 
otros con cierta elegancia; 
en fin, ni aquello tenía fin 
ni yo vergüenza, 
pero sí ganas de más y más 
explícito marraneo 
(esperando que von trier 
hiciera arte con el trasfondo 
de su nueva película) 
cuando un presunto 
mensaje del gobierno 
llenó mi pantalla no a la vista 
(incluyendo foto de mí) 
diciendo, en resumen, 
que era malo ver lo que veía. 
no lo leí todo 
y todo se me bloqueó. 
fui a la barra y pagué el café 
y los diez minutos de conexión. 
me saqué unos cuantos 
poemas del bolsillo del pantalón 
y le di un par al paki. 
el paki preguntó 
-¿qué es esto?- 
y le respondí 
-poesía mía-. 
-¿cómo? ¿pollesía?- 
-eso es, sí, 
un poco pollesía sí que es-. 
se quedó mirando los papeles. 
yo comprobé el cambio 
y me largué 
con un cigarro en la boca. 


13 
de agosto 
de 2014, 
dsbrdr. 


(incluido originalmente 
en SED A TIEMPO, 
autoeditado en diciembre de 2014)