a medio ascenso o
a medio descenso ves,
por fin ves que es
bestialmente necesario
ir dándote
toda la prisa
posible e imposible
por dar
a tus carnes,
a tus huesos, a tus pelos:
gusto a franca desnudez,
gusto a tocado flotante,
gusto a práctica en mostrar...
porque a los gusanos,
a los de bajo tierra,
no les gustará comerte
si en vida te comes
más mierda que ellos enterrados.
deja por ahora que pasen hambre
(de ti), pero al llegar tu hora
aliméntalos de muerto extasiado.
haya lluvia o haya sol
o a la vez ambos verás,
por fin verás que será
naturalmente importante
ir esforzándote
por dar
a tus uñas y a tus dientes,
a tus oídos y a tus ojos:
gusto a palabras encontradas,
gusto a tiros bien pegados,
" " intensidad elevada,
" " fluidos unidos...
porque a los gusanos,
a los de bien arriba
(muy untadores y muy untados),
les costará morderte
si en vida no te olvidas
de romper tontas cadenas.
cuando por fin veas
lo extrañamente mágico
que puede llegar a ser dar
a tu cabeza,
a tu corazón y
a tus cojones
el gusto
de funcionar
de verdad...
sabrás a qué sabes y
de qué has servido.
serán
los gusanos de abajo
los buenos en la tierra
conociéndote más a fondo.
31
de agosto
de 2014,
dsbrdr.
(incluido originalmente
en SED A TIEMPO,
autoeditado en diciembre de 2014)