un montón de pulgadas
mostraban golf.
ron tragó ron,
miró en su teléfono
la hora,
se sobó la nuez y
se hizo el pensador
comprendedor:
- cuando hablo
de toda una mujer
hablo de máquina
todo en uno, es decir:
frágil pero duradera,
liosa pero triunfante,
y refiriéndome a eso
incluyo lo de no dudar
en abrirla,
falle o no,
compita o no,
se cargue o
se actualice sola
o no; pero si s' enfría
no la cerréis
ni os cerréis en banda,
tocadla con herramientas
que sirvan.
un golfista
se puso serio
y un niñato
fumeta
se tocó bajo la barra
el rabo opinando:
- deja el ron, ron.
¡esto les sirve,
herramienta creciente,
aplicación táctil
descargable!
el camarero le puso
un cuenco con quicos
a un rastas flaco que
miraba la mesa
de billar
y cogió
un puñado
cuando se giró
y los vio.
entonces un gordo
gritón dijo:
- no lo es todo eso,
necesitan diferencias
y contenido.
y un pequeñajo
de poco pelo cano dijo:
- muy contenido
estoy yo ya.
el niñato se descojonó
y un tío con cara
de vasco borde
se acabó
una cerveza artesana.
dejó libre el taburete
y el viejo doblao
que se sentó en él habló:
- mientras
esos cacharros
sabelotodo
sigan imparables,
los gusanos
que ahí guardáis
sólo les quitarán el frío
con esto.
al decir esto
dejó diez euros
sobre la barra
y el camarero
se cobró un gin tonic.
el de poco pelo cano
les dijo
a ron y al fumeta:
- hasta que no seamos
máquinas
perfectamente
idiotas
seremos malos
competidores.
ron le contestó
que competir
le motivaba
y el niñato fumeta fibrao
q' el tema l' espabilaba
el gusano.
el gordo gritón en paro
se ayudó con un nudillo
a desatascarse la nariz
y los ojos del resto
fueron
bolas
de golf
cuando
una pelirroja sola veloz
se acercó a pedirle
cambio
al camarero
para tabaco.
le puso la máquina
en marcha,
lo compró y se largó
toqueteando un teléfono.
en la pantalla un golfista
apretó un puño
y
en mi cabeza
aquella gente
había hablado
en aquel bar vacío
mientras
tres cubitos
se deshacían
en mi cubata.
23
de marzo
de 2014,
dsbrdr.
(originalmente incluido
en NADA SONADO,
autoeditado en julio de 2014)