allá va,
esencialmente saturada,
mareada,
otra fugaz panda
de primorosos
comemierdas,
relacionando
bibliotecas
con aburrimiento,
contacto
con distancia,
rebelión
con antepasados.
va pero no se mueve
por sí misma,
más bien rastrea tufillos
de ocios
que despersonalizan,
de amanerarse
como credencial,
de la prevención
del desengaño.
abreviadora por costumbre,
la panda muge
de cara a la galería,
conduce sin manos
hacia el perecer;
acabará concluyendo
en pocos años
que 3 dimensiones
es para tercermundistas.
ellos, primorosísimos,
ejercitan los rabillos
de sus ojos
ante la llegada
de nuevas ayudas
para enfermar
antes del todo.
algo tal vez ya
les ha sugerido
que la muerte detrás
de una sumisa velocidad
no va de farol,
no está guapa-guapa y
chirría de puta madre
le cedan o no el paso.
oh, especiales comemierdas,
oh:
gran puta muerte
nunca falta de pretendientes:
¿qué puede dar mejor
que ventaja para merecer
un adiós dignamente?
8
de junio
de 2016,
dsbrdr.
(originalmente incluido
en LO NORMAL SALE SANGRANTE,
autoeditado en septiembre de 2016)