Hotel alejado,
no mucho.
Pocas *
o ninguna,
no recuerdo.
1 mes. Febrero.
Guardia civil,
16 cámaras,
alguna móvil.
9-10 h x dia,
tubo y más tubo,
taladro,
plataforma,
2 tíos,
uno más joven, yo.
La pasta en su mano,
y el volante,
las llaves
y lo demás.
En las mías
sólo ganas de arrearle.
Momento de cena,
sin saber muy bien el motivo
digo mi parecer
sobre gitanos y portugueses,
parecidos en lo roñoso
y peligroso.
-Pues yo soy
de familia portuguesa.
Miradas amenazantes,
la sopa duró poco.
Le llamábamos "POMADA"
(por el peloteo a los jefes)
y sabía cómo ganarse
el desprecio, sin duda.
Con los tenientes etc no era menos
y en otra ocasión vino con vino
de uno tras coger
espárragos juntos.
Me ofreció una botella
mientras atornillaba.
Sonreía estúpidamente.
-No tío, no quiero. - dije.
Métetelo por el puto culo, pensé.
Al cenar o comer
su egoísmo flotaba
en las decisiones.
En una ocasión encendió
la luz de la hab a las 6
sólo porque no quería/podía
dormir más.
Ni la de aquel entonces
mejoraba mi humor
(me dejó 3 veces en 3 meses)
y sr pomada quería ir
a "pachá" del lugar.
Obviamente "estoy cansado"
(más de ti que del taladro).
Al finalizar todo
y tras otras historias
para olvidar
se ponía amistoso
volviendo en la Berlingo
contándome sus mierdas pasadas
(cuando era dj pomada
y cosas así, ja)
pero yo ya sólo quería sitio
para una paja cómoda
y su lerda cara lejos.
2
de noviembre
de 2010,
dsbrdr.
(originalmente incluido
en ALQUILÉ MI VEJIGA AL INSOMNIO,
autoeditado en enero de 2011)