no nos chingamos.
ni nos hace falta.
de hecho,
tampoco nos tratamos suficiente,
de modo que no tenemos nada
que nos lleve a rebatirnos algo
ni nada que queramos arrebatarnos.
nos avenimos.
¿está más desamparada que yo?...
se quiere establecer
como primer y último
panorama diario
cercano alquilado...
inhalando mis nostalgias
sin filtro,
prensándome gruesas memorias,
recostándonos sin miramientos
su frialdad despreocupada
de algo más que mantenerse
lejos de bombas.
sólo es otra que se largará
más tarde que yo
y mejor conservada que tus fotos
de este mundo transitorio.
tiene por frente
un único balconcillo,
por nariz tres ventanas
muy distintas,
por dentadura cuatro persianas
siempre bajadas.
la electricidad
se le (y se me) mete por la boca
repartiéndose más allá
de su (no mi) colorete tristón.
me han visto
pelándomela, canturreando,
fumando, bailando, llorando,
chateando, sobando, jincando,
leyendo...
los ojos viejos
de esa cacho cabrona...
pero me parece
que no tiene mucho que ver
con los de nuestra calaña
cuando pactamos respetar
nuestras firmes soledades escogidas.
puede que en el fondo
no me importe
que se quede cerca y entera
algún tiempo más
junto a mis secretos.
9
de enero
de 2012,
dsbrdr.
(originalmente incluido
en CONTRA LOS CUERDOS,
autoeditado en diciembre de 2012)