de repente,
por enésima vez,
la sabia noche
me despierta sin preaviso.
me acerco al ventanal
con un Lucky casi consumido,
una Gouden Carolus Tripel
en las últimas,
un nuevo terco poema inacabado...
y agradezco poder respirar,
saber soñar a fondo,
albergar locura extra
que tanto bien aún nos dará.
(envejecer aún no me doma).
"reservoir dogs"
(Quentin de los cojones)
y la IBM 6715 del 85
son lo que tengo cerca
y ahora me prenden desde cerca
y me sirven para sentirme apartado
de la cosa que está muy mal
o del día tan bonito
que pasé encarcelado
junto a peña
dolorida,
dañina
o confidente
de un mal menor o mayor
o en el mejor de los casos:
capaz de vivir con él
y cascarlo
para que sepas
lo que te pierdes.
14
de octubre
de 2011,
dsbrdr.
(originalmente incluido
en OTR@S Y POCO MÁS,
autoeditado en noviembre de 2011)