Hubo un silencio inusual,
profundo y tenebroso
como un pozo seco,
y me acojoné, sí.
Alguien se sacaba mocos.
Disimuló mal cuando le vi.
Alguien más temblaba como yo
pero sólo le imaginé.
Supuse que otra gente
gesticulaba para relacionarse
pero no hacía gracia.
Vestía con mi castigo
sin sentirme rebelde.
Ni APPLE ni los radares
eran peligrosos,
más bien un lejano
recordatorio
de lo sofisticado.
El silencio me acompañó
y el suelo se hizo añicos.
Corazón asíncrono,
grises que pueden divertir
y la nuez con las pelotas,
la nuez encharcada, quieta.
Un pelacañas
me mira,
se acerca y
me acerca una notita:
"suelta carcajadas
esta oscuridad,
pero no siempre"
Al menos ya sabía
que no me había
equivocado de final.
12
de octubre
de 2010,
dsbrdr.
(originalmente incluido
en ALQUILÉ MI VEJIGA AL INSOMNIO,
autoeditado en enero de 2011)