domingo, 14 de enero de 2018

CERVEZA CALIENTE DE QUINQUI

sean se sienta intranquilo
con sucios sueños 
en stand by
en un portal 
de mármol marrón.

cogen sitio vicios,
malas costumbres, 
liebres cojas,
persecuciones fallidas, 
granizo en el culo 
de un monstruo,
caras b de Oasis, 
cohetes que lanzaría...
en su mente mantecosa.

son casi las dos 
de la madrugada.
le han invitado 
a una copa entre semana
(no una fémina)
en el antro que más 
le ha visto solo.

la noche ha empezado 
a saberle a rendición.
reprime ganas 
de pajearse públicamente.
le queda tabaco y mala traza.
se lía un barrigudo manitou.
toda la quietud 
y los segundos amargos
que la mueven se apropian
de un momento mustio.

de repente, 
un quinqui en tirantes 
sale
del portal d' enfrente.

- eh, tú eres mi vecino, 
t' he visto esta tarde
ahí asomado, ¿eras tú?
- sí, puede que lo fuera.

el q. en t. quiere palique. 
del típicamente
insustancial.
saca dos latas de cerveza.
las transporta en un camión.
el piso es de su jefe.
sean suelta humo 
y voz vaga. 
la mujer del q. en t.
sale en bata. 
la libido de sean 
sale por patas.
el q. en t. 
pregunta cosas, 
exhibe tatuajes,
invita a pall mall, 
se toca 
la perilla 
bien repasada 
con calma, 
relata infortunios, 
es todo un experto 
robatiempos
con un corazón en crisis 
representándole.

la mujer, 
molesta por el humo 
y los humos de su maromo,
acusa a sean 
de mirarla mal 
desde el ventanal,
de su excesivo 
volumen musical.
sean ve que son más 
de las 2:30 en algún lugar,
y que las personas 
con un poco de suerte
y algo con lo que soñar 
no querrían
estar en el suyo.

la cerveza ha estado 
todo el rato caliente.
el q. en t. 
deja de dar la murga.
su parienta de rascarse.
sean se va a mudar.


25 
de septiembre 
de 2012, 
dsbrdr. 


(originalmente incluido 
en ¡ESTRAGA!, autoeditado 
en septiembre de 2013)